Economía durante el periodo Franquista: la Autarquía
Autarquía: Durante la década de 1940, se implementó una política autárquica que buscaba reducir la dependencia de las importaciones y fomentar la producción nacional. Sin embargo, estas políticas resultaron en un aislamiento económico y en una falta de integración con la economía mundial.
Plan de Estabilización de 1959: A finales de la década de 1950, el gobierno franquista implementó el Plan de Estabilización, liderado por el ministro de Hacienda, Alberto Ullastres. Este plan buscaba estabilizar la economía y liberalizarla mediante la apertura a la inversión extranjera, la eliminación de controles de precios y la devaluación de la peseta.
Desarrollo del turismo: A partir de la década de 1960, España experimentó un crecimiento significativo en el sector turístico. La inversión en infraestructuras turísticas y la promoción de destinos turísticos contribuyeron a la llegada masiva de visitantes extranjeros, lo que se convirtió en un importante motor económico.
Industrialización: Aunque la autarquía inicialmente desfavoreció el desarrollo industrial, en las décadas de 1950 y 1960 se produjo un impulso significativo en este sector. Se fomentó la inversión extranjera y la creación de empresas, lo que contribuyó al crecimiento económico.
Agricultura y migración: La agricultura seguía siendo una parte importante de la economía, pero experimentó cambios significativos. Se produjo una migración masiva de la población rural a las áreas urbanas en busca de empleo en la industria y los servicios.
Tras la Guerra Civil
La población española, que según el INE era en 1940 de 25.757.257 habitantes, había sufrido las
consecuencias de la guerra tanto cuantitativa como cualitativamente, y a los muertos y exiliados como
resultado de la contienda habría que añadir el hecho de que en el bando vencido se acumulaba un
potencial humano indispensable para des arrollar económicamente la sociedad española, y hasta 1951
se mantuvo una media anual elevada de presos políticos . Si se tiene en cuenta que la Renta Nacional
del año 1935 no se logró superar hasta el año 1951, y que la renta per cápita todavía tardó otro año
más en alcanzarse para caer en 1953, por lo que fue necesario esperar a 1954 para que se recuperase
de forma estable, cabría preguntarse en qué medida este retroceso puede explicarse por la pérdida de
capital humano.A la altura de 1958 el economista noruego Odd Aukrust amplió el conjunto de factores que hasta
entonces se consideraba que explicaban el crecimiento económico, poniendo en duda el supuesto de
que la renta se incrementase al mismo ritmo que la tasa de inversión de capital, añadiendo un tercer
factor o factor humano que iba más allá de lo que los clásicos consideraban como "factor trabajo", al
significar algo más que la cantidad de fuerza laboral que intervenía en un proceso productivo . Como
señala este autor "sí es correcto afirmar que existe un factor cuyo efecto es tan considerable en la
determinación del producto final, y que refleja la influencia del factor humano, es lógico pensar que
la tasa del progreso puede incrementarse no sólo por el aumento del capital real, sino por un esfuerzoconsciente de mejorar al hombre mismo."
Pues bien, en el caso de la economía española, se han cuantificado los destrozos que la Guerra Civil provocó en el aparato productivo-y que por cierto no
fueron muy graves salvo en el sistema de transportes y en ganado de labor- sin que hasta ahora se
haya realizado una aproximación a este tremendo y dramático coste que en forma de capital humano
se perdió. Una aproximación al caso de la región aragonesa, permite elaborar un listado de exiliados
que va desde el padre del Plan de Riegos del Alto Aragón Félix de los Ríos al escritor Ramón J . Sender
y al cineasta Luis Buñuel pasando por el grupo de intelectuales que al coincidir en la Universidad de
Zaragoza protagonizaron una auténtica "edad de oro" de esta institución a lo largo del período de la
II República.
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